La sociedad morelense puede señalar con toda claridad como sus enemigos a los líderes del transporte que un día sí y otro también bloquean importantes avenidas y carreteras, con el afán de que las autoridades cumplan sus demandas aunque los ciudadanos sufran grandes perjuicios, como ocurrió ayer, con el enésimo bloqueo al Paseo Cuauhnáhuac.
El motivo del desquiciamiento del tráfico de por sí es injustificable, ya sea que se trate de lo pregonado (la petición de que se les exima de la verificación anticontaminante) o lo más cercano a la realidad, la exigencia de nuevas concesiones.
Pero estos enemigos tienen muchos puntos débiles, todos relacionados con el incumplimiento de la ley vigente, que les puede llevar a perder las concesiones de los vehículos que participan en las protestas.
Todo eso, claro, queda en manos de las autoridades del ramo.