El espacio aparentemente vacío creado por la difuminación de las autoridades municipales pretende ser aprovechado por las organizaciones que alientan el comercio informal, como se vio en Cuernavaca, cuando un grupo de comerciantes ambulantes trató de ocupar nuevos espacios en la vía pública, algo que por fortuna no se les permitió, pues de hacerlo con eso habrían invocado derechos inexistentes para mantenerse en la siguiente administración municipal.
Lo mismo pasa a lo largo y ancho del estado, donde los Ayuntamientos han dejado de ejercer su función y eso ha sido aprovechado por grupos de poder (o que buscan tenerlo) para ocupar todo tipo de espacios públicos, que lo mismo implica superficies que servicios o derechos que ya no pagarían.
La ciudadanía votó porque los actuales alcaldes cumplieran su función hasta el último día y a cambio de ese servicio (incompleto) los aludidos han cobrado muy bien, para que por lo menos tengan la vergüenza de seguir en el cargo hasta el 31 de diciembre y no antes.