La Universidad Autónoma del Estado de Morelos ha pasado dos años muy malos en materia financiera. Finalmente y ya en extremis el gobierno federal aportó los recursos que permitieron cubrir casi todos los pagos que se adeudaban a los trabajadores, aunque eso no significó ni la solución final a las deudas acumuladas de ese año ni al fin del déficit estructural.
Pero ayer se conocieron las condiciones que deberá cumplir la UAEM y otras nueve universidades públicas en problemas por el dinero ya recibido.
No hay nada inesperado, pues es de todos sabidos que se requiere disminuir el costo de la operación de la institución para hacer viables otra vez sus finanzas.
Claro, no es la única ni la mejor forma. Eso lo sería que el gobierno federal aportara los recursos que en los últimos sexenios inmerecidamente escatimó a la universidad morelense.
Por lo pronto, ahora sigue el análisis de las medidas anunciadas ayer y su cumplimiento de la mejor forma posible para no dañar el tamaño y la calidad que la UAEM ha logrado en el contexto de la educación superior nacional.