El aún fiscal anticorrupción queda una vez más exhibido en toda su complicidad con el anterior gobierno: uno de los programas más promocionados por su jefe Graco Ramírez nunca dio resultado pero enriqueció a unos cuantos cómplices, que a estas alturas ni siquiera han sido señalados.
Sin embargo, la investigación periodística que hoy se presenta muestra con claridad la forma en que los millones de pesos destinados a elaborar uniformes escolares se desviaron por el camino, junto con el programa para comprar máquinas de coser.
Juan Salazar Núñez tiene cada día que pasa más razones para renunciar, pero en su lugar ha demostrado que carece de la dignidad profesional para hacerlo y prefiere seguir en su labor de dar impunidad a quienes desde el anterior gobierno saquearon el erario a niveles nunca vistos.