Uno de los mayores males dejados por la administración de Graco Ramírez fue –además de la corrupción- el descuido de la legalidad y la permisibilidad absoluta en diversas áreas sociales, como el transporte.
Ese ambiente permitió –entre otras cosas- que en comunidades de menor desarrollo cada quien hiciera las cosas a su manera y sin ningún freno.
Eso propició que en diversas poblaciones –sobre todo de origen indígena- proliferara como medio de transporte el mototaxi un vehículo hibrido con varias versiones pero todas igual de inseguras.
Sin embargo, el intencionado descuido oficial convirtió a esas unidades en parte del paisaje y hoy son un problema social que vive en la alegalidad.
Esperemos que su reconocimiento como medio de transporte incluya medidas para garantizar la seguridad de los pasajeros, así como prevenciones que hagan desistir a quienes prestan ese servicio de cerrar carreteras, bajo la pena de perder su concesión o el documento de que les doten para oficializarlos.