El problema de la escasez del agua finalmente ha llegado como algo cotidiano a nuestras vidas. No todo el estado de Morelos padece el problema aún, pero las malas condiciones financieras de los organismos que administran y proveen el agua potable hace que sea cosa de tiempo.
No solo se trata de incapacidad para prestar adecuadamente el servicio, sino que al paso de los años se ha creado una situación terriblemente dañina por la intencionada morosidad de los usuarios.
La mayor parte de los organismos operadores luchan contra la falta de pago, con morosidades que superan el 40 por ciento y que pueden llegar al 70.
No pagar por el agua que se consume a veces impide disponer de recursos para liquidar el consumo de electricidad y la nómina, por lo que poco queda para el mantenimiento de infraestructura.
Por todo lo anterior, el descenso de los mantos freáticos aparece como problema menor comparado con la carga financiera que se debe padecer por el impago del servicio.