La inminente llegada de las lluvias acarrea numerosos problemas de seguridad y salud que deben prevenirse en la medida de lo posible.
Tal es el caso de la proliferación del mosquito que transmite tres peligrosas enfermedades (dengue, zika y chikongunya) y que encuentra su hábitat ideal en los charcos de agua limpia propios de la temporada que se avecina.
No olvidemos que el dengue hemorrágico que hace dos sexenios no fue combatido eficazmente por la autoridad provocó decenas de fallecimientos.
El control de ese mosquito es multifactorial y requiere de la plena colaboración de la ciudadanía, para evitar que en los hogares queden expuestos recipientes capaces de incubar al insecto.
Las consecuencias de no contribuir a las medidas de prevención las puede sufrir cualquiera, y los beneficios son para toda la sociedad.