El intento de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos por crecer con el uso de sus recursos propios a la espera de que el gobierno federal cubriera finalmente esos costos no tuvo un resultado feliz, y es el origen de la deuda estructural que ahoga a la institución.
Sin embargo, esa forma de actuar se tradujo en la ampliación de la matrícula escolar, la creación de centros de investigación y unidades académicas que beneficiaron a la entidad.
El gobierno federal debería actuar congruentemente con lo que pregona y asumir los costos de operación que le corresponden, para liberar a la UAEM de cargas que no le corresponden y que hoy le agobian.