Seguramente fue breve la detención del exalcalde Manuel Agüero Tovar, pero habrá que esperar que al menos haya recibido la señal de que no es el hombre todopoderoso que fue desde el poder.
Señalado de endeudar a la administración de Jiutepec con más de 600 millones y de favorecer a familiares y amigos con el presupuesto, Agüero Tovar consideró que no necesitaba cumplir con la ley para desempeñar la actividad deseada.
Esperemos que él y todos los que han sido señalados por usar su cargo para enriquecerse se encuentren muy pronto sujetos a proceso, pues la impunidad de la que hoy gozan, desde el exgobernador Graco Ramírez Garrido Abreu hacia abajo, causa malestar social, especialmente por el hecho de que el dinero que fue desviado de las arcas públicas hoy hace falta para la operación más elemental del aparato gubernamental.