Parte de la impunidad que heredó el gobierno anterior lo constituye la imposibilidad de identificar plenamente los vehículos de motor que circulan en la entidad, debido a la venta indiscriminada de supuestos permisos para circular sin placas que se emiten en otras entidades y que se venden en Morelos.
Automóviles, camionetas y motocicletas utilizan comúnmente ese recurso para cruzar las carreteras locales, por lo que fácilmente pueden ser usados para cometer ilícitos, debido a que no existen registros de las personas que usan esos permisos.
De hecho, se han vuelto comunes los negocios llamados de “gestorías vehiculares”, que además venden licencias de manejo y otros documentos que amparan a quienes circulan en vehículos automotores.
A eso se agrega el indeterminado número de unidades que circulan sin placas ni nada que los ampare y que no son molestados por la Policía Vial.
Acabar con esa situación no resolverá el problema de seguridad, pero restará recursos a quienes hoy delinquen en vehículos que nadie puede identificar.