No hay plazo que no se cumpla y ya se aproxima el inicio formal del segundo año legislativo, lo que implica importantes cambios en los órganos de control del Congreso local.
Desafortunadamente eso puede ocasionar la alteración de los procesos legislativos, como ya ocurrió al inicio del actual periodo de sesiones, y con ello el retraso en todo aquello que la sociedad espera ver resuelto desde ese Poder.
Los asuntos que se atienden en el Congreso son de lo más variado, pero muchos tienen una notable trascendencia y su congelamiento genera daños en diversos ámbitos.
Por todo lo anterior habría que recordar a quienes ocupan una curul la importante labor que realizan y la necesidad de que se logren consensos oportunos para impedir cualquier parálisis.
Lo que está en juego no es el poder que uno u otro partido político puede lograre, sino la buena marcha de la institución, formada por quienes la ciudadanía eligió y a la que se deben, aunque lo hayan olvidado.
El factor de la posible reelección debería ser un incentivo para encontrar acuerdos rápidos, pues el electorado puede negar el voto en 2021 a quienes no logren estar a la altura esperada.