Las empresas de seguridad privada tendrán una nueva normatividad que, de acuerdo a los pocos datos que se conocen, será difícil de cumplir, o el costo de ese cumplimento caerá sobre los hombros de quienes trabajan como guardias.
El abandono de las obligaciones gubernamentales en materia de seguridad desde hace décadas provocó el auge de las empresas del sector.
El exceso de competencia nacido de la explosiva demanda original erosionó el negocio, caracterizado por sus bajos salarios y la falta de preparación del personal.
Esperemos que la nueva ley se cumpla y la situación mejore, pero para eso es necesario que la autoridad vigile de cerca a las empresas, para evitar que evadan sus nuevas responsabilidades.