Hasta el gobierno federal anterior, y especialmente en ese sexenio, la estructura federal fue utilizada para dar trabajo a los amigos de los funcionarios de alto nivel, pero no cualquier trabajo, sino uno con altos salarios y elevadas prestaciones.
Para eso abusaron de la figura de delegado federal, antes destinado a las cabezas de las representaciones secretariales en cada entidad.
El caso de la Sedesol fue quizá el más emblemático, porque cada uno de los programas sociales fue convertida en una delegación y el titular era amigo cercano del principal delegado. Por supuesto, todos eran de clara filiación priista.
Habrá que ver cómo funciona el nuevo sistema en el que las delegaciones desaparecen y el personal sindicalizado se reubica para atender en oficinas descentralizadas en varios puntos de la entidad, en las que supuestamente los ciudadanos tendrán acceso a todos los servicios que presta el gobierno federal.