Comparado con otras regiones de México que han sido víctimas de la fuerza de la Naturaleza, las zonas de Morelos han tenido un notable avance en su recuperación, comenzando por el rápido retiro del escombro y la sustitución –así sea parcial- de la infraestructura dañada por el movimiento de la Tierra.
Evidentemente falta mucho por hacer, pero no se parte de cero, sino que la ayuda federal y particular permitió importantes progresos.
Sin embargo, se requiere mantener el esfuerzo a fin de que los inmuebles públicos dañados se restablezcan y los ciudadanos sin techo vuelvan a tener una vivienda.
Para esto se necesita la participación amplia de la sociedad, a niveles que se acerquen a la enorme solidaridad desatada en los primeros momentos después del sismo.
Fue histórica y ejemplar la capacidad demostrada por la gente para ayudar al hermano en desgracia.
Esa energía hace falta para lograr la recuperación total de los enormes daños sufridos, pero también para que la entidad avance en su desarrollo, con el esfuerzo de todos.