Al defender sus extraños intereses, las diputadas que forman el minoritario bloque opositor dañan cada vez más profundamente a la sociedad de Morelos. Varias de ellas fueron elegidas por la vía plurinominal, por lo que no se sienten con la obligación de representar a nadie, pese a que son los recursos públicos su fuente de ingresos.
La parálisis que han provocado en el Poder Legislativo tiene un alto costo social, económico y político, pues los asuntos pendientes son de toda índole y cada vez más tocan a grupos específicos de la población, empezando por los burócratas jubilados que esperan sus decretos pensionatorios.
Pero también se requiere de la aprobación del gasto público, de la modificación de las malas leyes heredadas de la legislatura anterior o el nombramiento de cargos públicos importantes.
Sin embargo, también es necesario que haya unidad para someter a juicio político al exgobernador Graco Ramírez, lo que podría no ocurrir.
Quizá eso explica la incomprensible actitud que ese grupo ha tomado.