Los recortes aplicados por el gobierno federal han complicado la ya difícil negociación por el presupuesto para el próximo año. Lo mismo salud que educación o seguridad requieren de más recursos que los que estarán disponibles.
La concertación seguramente no dejará a nadie satisfecho, pero se requiere que haya argumentos para justificar lo mismo cada petición que cada rechazo.
Hay situaciones que evidentemente no serán prioritarias, pero muchas más que si deben llevar esa etiqueta, lo cual agravará el panorama de austeridad que las instituciones padecen luego de que los recortes federales a los programas existentes no han sido compensados con nuevas líneas de recursos.