Pese a que se creó por mandato de la Constitución federal, el llamado sistema estatal anticorrupción ha sido un soberano fracaso, por circunstancias muy diversas en las que se incluye el papel asumido por los integrantes del Comité de Participación Ciudadana, varios de los cuales parecen trabajar al servicio del gobierno anterior.
Los ciudadanos no esperábamos mucho de ese sistema anticorrupción, por la cantidad de vicios expuestos en su conformación y porque parece estar muy lejos de ser siquiera un sistema.
Nunca han faltado los obstáculos .de forma y de fondo- que por una razón u otra han impedido el pleno funcionamiento de los órganos encargados no solo de combatir la corrupción, sino de prevenirla.
El último de esos pretextos es el nombramiento del secretario técnico, pero sobre eso prevalece el divisionismo entre los consejeros ciudadanos que impide tomar cualquier decisión trascendente.
Irónicamente, ese tipo de actos se parecen mucho a la corrupción, pues parecen estar encaminados a dejar impunes a quienes desde la administración gubernamental anterior saquearon las arcas públicas.