La grave crisis económica provocada por el saqueo de las finanzas públicas que cometió Graco Ramírez sacudió todas las estructuras económicas de la entidad y no solo a las entidades públicas, por lo que los ciudadanos también padecen en sus bolsillos las penurias de la pérdida de miles de millones de pesos que debieron invertirse en Morelos pero que terminaron en manos de la familia que “gobernó” –de alguna forma debe explicarse- en el trágico sexenio.
Sin embargo, el grupo de alcaldes que realiza movilizaciones para conseguir que se apruebe un incremento en el cobro de impuestos y derechos municipales no consideran que esa medida que persiguen va directamente contra el interés de sus gobernados.
Los reclamos de quienes encabezan los municipios se entenderían si los integrantes de los cabildos vivieran en carne propia lo que el resto de la población, pero no han renunciado a sus salarios de privilegio, que por cierto no corresponde al resultado que cada beneficiario entrega a la sociedad.
Ojalá que los diputados no cedan al chantaje y al final cada Ayuntamiento al final asuma los recortes en las situaciones excepcionales que hoy sangran las finanzas públicas y se llevan el dinero que dicen no tener.