Mientras los tiraderos de basura que funciona en Morelos se saturan con toda clase de desechos en los que abunda el plástico en todas sus presentaciones, las reformas que prohíben las bolsas de ese material destinadas a un solo uso siguen dormidas, pues no han sido publicadas en el periódico oficial y por lo tanto los plazos que marcan no han comenzado a correr.
Mientras tanto, montañas de desperdicios plásticos se arrojan indiscriminadamente a pesar de que claramente atentan contra el futuro cercano de todos los morelenses.
Debe hacerse lo que sea necesario para que las reformas entren en vigor y los intereses de la larga cadena que lucra o utiliza los productos plásticos de un solo uso se rompan.
Y no se trata de la resistencia de las empresas que fabrican esos artículos, sino que es algo más extendido, pues casi cualquier tipo de negocio quisiera impedir la sustitución de bolsas, vasos y demás productos desechables de uso común y bajísimo costo monetario.
Sin embargo, el precio que se paga por esos ahorros es enorme en materia de salud y de la calidad del medio ambiente.