La reanudación del servicio de los centros de verificación vehicular es un buen motivo para recordar que la principal fuente de emisión de partículas contaminantes al medio ambiente no son los vehículos particulares sino aquellos que prestan servicio público, lo mismo de carga que de pasajeros.
Sin embargo, esa amplia flotilla de unidades contaminantes no debe someterse a ningún tipo de control, lo que desvirtúa la lucha contra la polución.
Las autorizadas deben considerar ese factor e integrarlo a los programas anticontaminantes, para de alguna forma compensar el excesivo cobro que representa cumplir con la verificación.
No debemos olvidar que ese costo pasó de 125 pesos a más de 500 de un solo golpe y así se ha mantenido.