No puede ni debe tomarse a la ligera la protesta de quienes dijeron ser egresados de la academia estatal de policía, que aseguran no tener empleo a pesar de que fueron formados para sumarse a la fuerza pública.
En su reclamo aseguran que su único ingreso durante su periodo en la citada academia fue una exigua beca que al final les fue suspendida y que la Comisión Estatal de Seguridad ha utilizado sus servicios pero sin pagarles.
La falta de policías es una de las causas por las que no se puede combatir eficazmente la inseguridad, por lo que resulta difícil de entender esa actitud de la CES, a menos que quienes se quejan hayan incurrido en conductas inadecuadas que los hagan inelegibles.
Pero si ese fuera el caso, el mando policial no lo he hecho público y eso puede permitir distorsiones que afecten a la institución.
Aquí también hay otro peligrosa vertiente: quienes denuncian fueron entrenados para desempeñar de la mejor forma las labores policiales y esos conocimientos pueden ser utilizados por el crimen si la autoridad no da cobijo a los citados elementos, por lo que se requiere una explicación pública de lo que realmente pasa.