Falta muy poco para el primero de febrero, la fecha programada para el estallamiento de huelga en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Los sindicatos de trabajadores académicos y administrativos deberán actuar con responsabilidad para evitar que se dañe a decenas de miles de personas, principalmente estudiantes.
La labor sustantiva de la universidad es formar profesionistas e investigadores. No es una empresa privada ni tampoco propiedad de los sindicatos, sino una institución pública, que además atraviesa por un terrible problema financiero que ya ha generado momentos de tensión en esa comunidad.
La negociación salarial que ya está en marcha no tiene elementos para ser fácil, por la evidente falta de recursos económicos, pero tampoco tiene por qué culminar en enfrentamientos si los trabajadores organizados reconocen su papel social.
Lo que está en juego es más que una cifra, es el futuro de los universitarios y como tal se debe actuar.