La medida administrativa que busca forzar a los padres de familia a acudir puntualmente por sus hijos a la salida de clases señala claramente la época en que vivimos. Atrás ha quedado la edad de la inocencia, cuando los pequeños podían viajar solos a su centro escolar y regresar a su hogar sin temor a contratiempos.
El momento de inseguridad que vive la sociedad mexicana ha obligado a adoptar medidas drásticas, que en Morelos se expresarán en reportar al sistema DIF a aquellos padres que no lleguen a tiempo por sus hijos.
La medida acarreará serios problemas para decenas de miles de personas imposibilitadas por sus horarios laborales de llegar a tiempo al plantel escolar y presionará a los docentes, a los que puede extender su horario de servicio.
Sin embargo, es la única forma de enfrentar la realidad que vivimos y que ojalá algún día recuperemos.
Se necesita una enorme dosis de voluntad de toda la sociedad mexicana para obligar a las instituciones a funcionar de manera correcta y de esa forma inhibir delitos que antes eran inusuales y que hoy vemos de forma habitual.