El llamado de la autoridad ha vuelto a ser más que claro: en Morelos, el covid-19 se ha ensañado con el personal médico y de enfermería. Por lo que se ha reducido el número de especialistas preparados para atender a las víctimas de ese mal, que se propaga principalmente gracias a las personas sin conciencia que evitan resguardarse para evitar contagios.
Atender a un enfermo de covid-19 no solo requiere de equipos especializados, sino de personal especialmente capacitado, sobre todo para intubar a aquellos que requieren asistencia para respirar, pero precisamente esos profesionales son los que se han tenido que retirar al haber sido infectados en el desempeño de su trabajo.
Cada vez que gente que no tienen necesidad de salid a la calle se expone al virus aumentan las posibilidades de que el sistema sanitario se sature. Los morelenses en general no han dado muestras del civismo que se requiere para combatir la epidemia, aunque en una situación tan grave como la que vivimos es seguro que pagarán justos por pecadores. El personal médico y de enfermería no merece algo así.