Un grupo de profesores del sistema educativo oficial que se ha caracterizado por su espíritu contestatario ha expresado su inconformidad por la reducción de los días de vacaciones asignados a ese gremio. El calendario tentativo ha sido construido en base a las condiciones impuestas por la pandemia de covid-19 y se enmarcan en la emergencia sanitaria que padecemos todos los morelenses.
Es innegable que se trata de una alteración de derechos laborales pero así como ese gremio, en todas las actividades económicas de la entidad se han requerido de ajustes para hacer frente a la realidad en todos los casos eso ha exigido renuncias a situaciones que antes de creían inamovibles o inalterables.
Enfrentar exitosamente el azaroso presente requiere de reacomodar todas nuestras certezas y pensar en el bien común, pues de otra forma será difícil recuperarnos de las secuelas -sobre todo económicas y de desarrollo- dejadas por la enfermedad y los intentos por evitar más contagios, muchos de los cuales pueden tener un final trágico.
En resumen: son tiempos de sacrificios, algunos muy altos, sobre todo entre el grupo de población que carece de ingresos fijos, prestaciones y otras ventajas.