El encierro forzoso por culpa de la pandemia de covid-19 ha ocasionado un enorme cambio de hábitos y la asunción de conductas novedosas que entrañan riesgos de diferente naturaleza, entre ellas la del comercio electrónico, los pagos en línea y las comunicaciones de todo tipo por video llamadas.
Todo eso nos hace vulnerables a los delitos cibernéticos, ante los cuales hay poca protección debido a una falta de cultura para cuidar ese tipo de transacciones y la privacidad de las comunicaciones.
En tiempos normales se requerirían de periodos de tiempo relativamente largos para adoptar acciones preventivas en la medida que nos acostumbramos, pero el covid nos ha dejado sin ese tiempo, ya que ahora resulta urgente adoptar precauciones efectivas.
Esperemos que esa cultura de la prevención sea rápidamente asumida por la gente que ahora haces sus labores habituales por internet.
Demasiados dolores de cabeza hemos recibido por las medidas e combate a la enfermedad como para permitir que de repente seamos víctimas de delitos que no esperamos pero que están a la vuelta de la esquina.