Ahora que el empleo fue severamente castigado por los efectos de la pandemia de covid-19 se entiende que crezca el número de incautos que caen en las redes de la delincuencia bajo el espejismo de obtener un empleo en el extranjero.
Sin embargo, ese tipo de delitos siempre ha existido y cunde sobre todo en zonas marginadas, sin que por lo general alguno de los promotores del fraude caiga en la cárcel.
Pero ahora que todo se hace por internet las cosas podrían cambiar, porque es posible rastrear a los responsables de ofrecer trabajo en el extranjero y cobrar por ello sin que se concrete la oferta.
Aquí la Policía Cibernética tiene la oportunidad de promocionarse a través de un trabajo que termine con el fincamiento de responsabilidad de uno o varios de los delincuentes, a efecto de inhibir esa clase de delitos.
No basta con denunciar, debe actuarse para poner un freno, así sea de forma temporal.