Las medidas adoptadas para tratar de frenar la pandemia provocada por el coronavirus han tenido consecuencias impensables en todos los ámbitos de la vida humana.
La emergencia que vivimos nos ha hecho olvidar todo lo que no sea primordial para poner límites a la extensión del covid-19, pero eso provoca que descuidemos temas verdaderamente importantes, como el déficit estructural que corroe las finanzas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y que -si no se remedia- dejará a los trabajadores de esa institución sin salarios los últimos meses del año, además de que afectará la operatividad y, sobre todo, su actividad más sustancia: la preparación de nuevos profesionistas.
Aunque existían mecanismos que podrían haber llevado a la obtención de recursos adicionales, ya se vio en los dos últimos años que el dinero extraordinario es un remedio temporal, pero se requieren de acciones permanentes.
Sin embargo, con todos los presupuestos desviados hacia la lucha contra el covid, lo que se había avanzado corre el riesgo de perderse y poner en peligro a la universidad.