Independientemente de que han sido muchos meses de inactividad, el intento del comercio informal de instalarse en la calle Guerrero revestía un abuso, porque las imágenes del momento y del lugar muestran a más vendedores ambulantes de los que había antes de la pandemia.
Es lamentable que aún momentos tan dramáticos como los que vivimos por el confinamiento se utilicen para que los grupos de presión busquen obtener ventajes políticas y económicas.
El daño provocado por el cierre de las actividades económicas es enorme, pero no se remediará con actos de fuerza, que aparte pusieron en riesgo la salud de quienes se inconformaban.
Por lo pronto, la autoridad y la opinión pública ya conoce la realidad que hay detrás de las posturas de los grupos que controlan al comercio informal que pretende volver a invadir las calles del primer cuadro de Cuernavaca.