El Poder Judicial federal a través de sus diversos órganos sigue con la espada desenvainada. Ayer anunció duras sanciones a funcionarios judiciales relacionados con casos de acoso sexual y a través de diversas medidas ha puesto orden en su interior.
Ese ejemplo debería de cundir y la nueva administración del Poder Judicial local puede dar muestras de su rumbo con la depuración de las irregularidades cometidas en la gestión anterior en nombramientos de jueces por la vía de la imposición y no de los mecanismos que profesionalizan la impartición de la justicia.
O las señales de nepotismo que quedaron marcadas.
Hay muchos frentes que quedaron abiertos y que deben cerrarse, quizá no todos a la vez, pero sí en un proceso gradual pero no lento, a fin de recuperar la normalidad en el Poder Judicial.