La lluvia del pasado martes superó cualquier expectativa y causó daños en los municipios de Cuernavaca y Jiutepec, además de que afectó temporalmente infraestructuras tan importantes como el paso exprés.
El fenómeno natural ocurre casi al final de la temporada de lluvias, pero ha sido una severa advertencia de lo que puede suceder la próxima temporada de verano, además de que reveló nuevos puntos críticos de nuestras poblaciones, además de las ya conocidos.
La alteración de la Naturaleza por la urbanización acelerada y la tala generará más frecuentemente fenómenos como el del martes, cuando por fortuna no se perdieron vidas humanas y los daños materiales fueron focalizados.
Tenemos los meses suficientes para tomar medidas correctoras, lo mismo las autoridades que los ciudadanos que han decidido vivir en zonas de riesgo. De nosotros depende mantener los daños limitados.