La duración de la pandemia no se puede predecir. Los tres meses iniciales van camino de convertirse en un año y la llegada de la vacuna no garantiza que en el corto plazo se pueda recobrar la normalidad, por lo que es más que necesario buscar mecanismos que permitan la operación de los Poderes Legislativo y Judicial.
En ambos casos la imposibilidad de operar de forma presencial ha significado un significativo retraso en muchas cosas que han terminado por afectar a la ciudadanía en general.
La paralización de la justicia es inédita, como inédita es la pandemia que sufrimos pero esa situación no puede ocurrir cuando existen mecanismos tecnológicos que permiten encontrar una salida.
Urge hacer las reformas necesarias y la implementación de la infraestructura para adaptarnos a la nueva realidad.