El gobierno federal hace mal en soslayar la vacunación al personal sanitario que ejerce de manera privada.
La noticia de la vacunación masiva de los docentes de escuelas públicas y privadas es una señal de que debería aplicarse el mismo parámetro al sector salud.
En Morelos ese grupo de profesionistas no rebasa en número las cinco mil personas, una cantidad de vacunas que quedó sin utilizar solo en un centro de aplicación, de donde podrían haberse tomado.
Por lo pronto, la posibilidad de reabrir las escuelas -así sea solo de forma voluntaria- hace crecer las posibilidades de que la economía comience a levantar luego de un año de pesadilla.
Las vacunas son esenciales para lograr ese fin y si hay dosis disponibles no deben escatimarse para atender a médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios que las requieren, sobre todo porque está más que probada la alta tasa de mortalidad en ese sector de la población.