La potencia -inusual para estas fechas- de las lluvias de la noche del miércoles provocaron un amplio daño en municipios como Ayala y Jiutepec, ya que la creciente de ríos y barrancas generó inundaciones de viviendas y arterias importantes, aunque por fortuna no hubo lesionados ni mucho menos pérdida de vidas.
Llama la atención la gran cantidad de basura que azolvó los cauces naturales y artificiales y contribuyó al incómodo saldo.
Las medidas preventivas adoptadas en muchos municipios han funcionado, pero la basura mal depositada es un peligro potencial que acecha en muchos lugares.
Disminuir el riesgo es una labor conjunta de las autoridades, pero también de los ciudadanos, que implica tareas que en pequeña escala son asumibles, como la más importante: dejar de depositar desechos sólidos en lugares inapropiados.