Cuando el largo reinado del PRI llegó a su terminación, el nuevo gobierno panista creo las condiciones para que los trabajadores de confianza que tradicionalmente presentaban su renuncia al final de cada sexenio o trienio ahora se aferraran al cargo, como si fuera un patrimonio.
Ahora el fenómeno ha cambiado, pues se padece en los niveles más altos de la administración pública descentralizada y en el Poder Judicial, donde magistrados y titulares de organismos buscan la protección de la justicia federal para mantenerse en la posición o alargar su periodo lo más posible.
Eso tiene un alto costo para la sociedad, pero las ambigüedades a la hora de interpretar la ley permiten a quienes tienen intereses de permanecer aferrarse no solo a una esperanza, sino a la realidad de seguir en la nómina, sin que importen los resultados que ofrezcan a la sociedad.
Los legisladores tienen la solución. Se requieren términos muy precisos para evitar situaciones como las mencionadas, que cada vez se repiten con mayor frecuencia.