Aunque la vacunación contra el covid 19 no puede ser obligatoria por esa amplia interpretación de la ley sobre el respeto de la individualidad, ya hemos visto que en diversas naciones se ha puesto una medida para exigir el certificado de que se ha recibido la inmunización para ingresar a espacios públicos o a lugares privados de esparcimiento.
En lugares como Francia nadie está obligado a vacunarse, pero lo deberá hacer si quiere convivir sin poner en peligro a otros ciudadanos.
Algo así parece que se requiere para concientizar a todos aquellos que por ignorancia han evitado vacunarse a pesar del amplio despliegue realizado por las autoridades para inmunizar a la población de mayor riesgo primero y luego al resto.
La nueva ola de contagios debe frenarse antes de que obligue a cerrar la economía. Hay suficientes vacunas para que los crédulos de las teorías conspirativas se inmunicen, así sea por el puro interés de convivir con sus semejantes -que pueden ser su propia familia- sin ponerlos en peligro.