Amparada en la autonomía de facto que le da gobernarse por usos y costumbres, el municipio de Coatetelco permite los eventos masivos y pone la promoción de sus tradiciones el derecho a la vida y a la salud de los habitantes de ese lugar.
No es el único caso, aún en plena tercera ola de la pandemia en México.
El costo en vidas y en gastos sanitarios seguramente será enorme y no faltará que los familiares de quienes enfermen reclamen los mejores medios para que su gente recobre la salud, pero ahora nadie dice nada, o no lo suficiente, para poner un freno a semejante irresponsabilidad.