El próximo lunes tendrá lugar el regreso a las clases presenciales en las escuelas públicas y privadas, aunque la acción será voluntaria, por lo que se desconoce el alcance que tendrá la convocatoria.
El gobierno federal ha presionado para que tal regreso se cumpla contra viento y marea.
Seguramente ayudará a la pronta recuperación de la economía, porque servicios que ahora no se prestan volverán a demandarse.
Solo queda la duda de cuántos padres de familia permitirán a sus hijos volver a las escuelas y abandonar el aprendizaje a distancia.
La medida no es solo económica, sino pedagógica, porque los menores de edad requieren de la convivencia para desarrollar importantes habilidades, algo que e ha interrumpido por la pandemia.
Como ésta no ha concluido, la vuelta a los planteles no está exenta de polémica, pero será en varias semanas cuando se pueda evaluar esa política.