En el municipio de Tlaltizapán ocurrió ayer un bloqueo carretero que puede calificarse de muy singular, porque a la vez provocó otros cierres carreteros “defensivos” que a su vez perjudicaron de manera diversa a la población de la zona en que ocurrió.
El cierre principal reclamaba la reparación del camino, bastante afectado por las lluvias, pero generó que pobladores de la región a su vez bloquearan otros caminos para evitar que los vehículos que no encontraban salida los usaran como vía alterna y los dañaran.
Los bloqueos a su vez impidieron que se pudiera reparar una falla general del servicio eléctrico en Ticumán y otras afectaciones derivadas de la conculcación del derecho al libre paso.
La reparación de las carreteras es muy costosa, según dejó entrever el alcalde saliente, y solo queda gestionar recursos ante el gobierno federal, algo que se antoja difícil, mientras se hacía evidente que ese tipo de protestas afectan tanto a la población como los daños que trataban de evitar con sus manifestaciones de fuerza.