Aunque desde hace décadas las visitas presidenciales dejaron de ser el enorme espectáculo que significa tener al Jefe del Poder Ejecutivo federal, aún así son un acontecimiento que puede significar la obtención de recursos u obras adicionales a lo presupuestado, por lo que la atención de la clase política estará centrada en lo que ocurra hoy y el viernes.
De la decisión presidencial dependen tantas cosas, que seguramente habrá una avalancha de peticiones, que esperemos no se pierdan en los vericuetos de la burocracia.
Desde obras de infraestructura largamente postergadas hasta el mejoramiento presupuestal de la UAEM podrían obtenerse si hay receptibilidad del equipo de primer mandatario. Y ojalá que la haya, por el bien de la sociedad morelense.