El comercio informal pero organizado ha aprovechado para su causa las circunstancias especiales que se crean en todo proceso de transición de poderes, pero eso ha provocado un enorme daño a la economía de todos los comercios legales del primer cuadro de Cuernavaca, que se ha quedado no solo sin clientes, sino también sin los servicios básicos, debido al cierre inopinado de las calles más céntricas, lo que impide a los proveedores acceder al lugar.
Esa ocupación forzada se ha prolongado más de lo habitual y en una zona con más amplitud, lo que contribuye al deterioro de la ciudad.
Adicionalmente las protestas laborales que desde hace varios días cierran importantes calles e incluso el paso exprés perjudican enormemente a la población, no solo de Cuernavaca y exceden con mucho la importancia de lo reclamado, que no es poco.
La ciudad debe reponerse de una situación así y para eso se requiere asumir las medidas preventivas necesarias.