La reestructuración de las deudas bancarias de los municipios estuvo cerrada en el trienio anterior a pesar de las posibilidades que ese tipo de operaciones brindaban para bajar los intereses que se pagan por esos pasivos, así como la liquidez que podía lograrse.
Hoy se ha anunciado que el Congreso será receptivo a las solicitudes para llevar a cabo esos movimientos financieros, aunque la decisión final dependerá de que se recupere la unidad en el Poder Legislativo, para que pueda volver a operar.
Por lo pronto, la posibilidad de mejorar la pesada carga de la deuda ha surgido. Solo queda pedir a los legisladores que mantengan un cuidado extremo, para que esa situación se sea contraproducente. Y en la actualización de las leyes de ingresos municipales -que también se anunció- deberá cuidarse el interés de la población.