No debería ser una sorpresa, pero parece que lo es. El embate de la cuarta ola de covid amenaza con dejar sin personal suficiente todo tipo de actividades, aunque aquí ya se había hecho la advertencia con suficiente anticipación.
El relajamiento de las medidas preventivas facilitó la ola de contagios. Aunque la mayoría de los reportes hablan de que los enfermos convalecen en su casa sin grandes complicaciones, la simple ausencia ya es motivo de un daño, pues ha obligado a paralizar ramas enteras de la administración pública, como el caso de la justicia.
Aparentemente solo es cosa de esperar a que los enfermos sanen, pero mientras tanto el ausentismo no se puede paliar, debido a su magnitud.
Solo queda esperar que el agravamiento de la cuarta ola de contagios haga tomar conciencia a toda la ciudadanía, al tiempo que se hace valer la ley que obliga al uso del cubrebocas en espacios públicos.
Las experiencias recientes hacen esperar que en unas seis semanas el número de enfermos se reduzca, pero ese será un tiempo muy largo en una situación que pudo haberse minimizado.