Además del abandono de sus infraestructuras, el primer cuadro de la ciudad sufre sobre todo la invasión del comercio ambulante, que ofrece una imagen deprimente de la capital de Morelos.
Las autoridades municipales han anunciado que comenzó un retiro parcial de quienes ejercen el comercio informal en la vía pública y carecen de permiso.
Quienes sí tienen documentos seguirán en su lugar, pero seguramente se tratará de un número considerablemente mejor que el que ahora ocupa pasillos, banquetas y todo espacio disponible en las calles del primer cuadro.
La recuperación de la actividad turística pasa por el mejoramiento de la imagen urbana y el reordenamiento de la vía pública, algo de urgente necesidad aunque tarde o temprano provocará enfrentamientos, cuyas consecuencias deberán asumirse para lograr la recuperación de una imagen añorada y tan lejana de Cuernavaca que se pierde en el tiempo.