Finalmente, los grupos internos que se oponen a quienes por décadas han controlado el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se han rendido a la realidad y se han comenzado a plegar a los requisitos exigidos por sus cuestionados estatutos.
En el proceso de elección de la nueva dirigencia de la Sección 19 solo podrán participar quienes ya han ocupado cargos directivos en el sindicato, lo que excluye al grueso de los trabajadores y favorece al grupo que siempre ha detentado el control.
Los disidentes, que en su mayoría incumplen el requisito, se han comenzado a agrupar en torno a facciones que sí tienen la manera de postular candidatos, lo que en la práctica es la supervivencia del control corporativo que hasta la fecha prevalece en ese gremio.
La plasticidad de las viejas instituciones creadas por el PRI puede ser asombrosa, pero más sorprendente es la manera en que por décadas cientos de miles de profesionistas preparados -los profesores que trabajan en escuelas oficiales- se han dejado someter.