Al igual que pasa con las celebraciones civiles y paganas (como los carnavales) también los diferentes cultos religiosos han decidido volver plenamente a la vida presencial, lo que implica una estrecha convivencia entre personas de diferente procedencia alguna de las cuales podría estar contagiada de covid y con ello volver a esparcir el coronavirus que desde hace dos años cambió la vida del mundo.
Aunque en lugares como oficinas públicas y escuelas es posible mantener en gran medida las medidas sanitarias, en los actos que se realizan en las calles, cuando la pasión se desborda, costará mucho trabajo hacer que los asistentes mantengan la distancia correcta o usen el cubrebocas.
Solo queda aumentar la más eficaz de todas las medidas, la vacunación. El biológico está disponible con más facilidad y se mantienen las campañas masivas para que el porcentaje de población con la dosis de refuerzo sea lo más amplio posible.
Es la única manera de conservar todo lo que se logrado avanzar en la lucha contra la pandemia.
Vacunarse debe ser un acto pleno de civismo y de respeto a los demás.