El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que recibe cuantiosos recursos a través de las cuotas que pagan sus afiliados, reclama con desesperación la entrega de al menos cuatro millones de pesos de recursos públicos para hacer una fiesta al gremio, cuando es más que evidente que la entidad ni siquiera tiene un presupuesto aprobado para el año que corre.
Hay infinidad de exigencias de recursos públicos para atender todo tipo de necesidades, pero la de los representantes magisteriales es la única que tiene que ver con la realización de una fiesta.
Adicionalmente, no hay ninguna garantía de que el dinero solicitado solo se ocupe para la mencionada celebración.
Algo importante debe estar pasando en el sindicato más numeroso de la entidad como para que dedique valiosos esfuerzos en buscar ese dinero y descuide la representación del magisterio. Eso evidencia que hay prioridades.