Definitivamente es necesario reequilibrar el concepto de usos y costumbres que aplica el poblado de Ocotepec para evitar que la armonía social se rompa una vez más.
Aunque las autoridades de lo que en su mayoría fueron poblados del municipio de Cuernavaca y hoy son prácticamente colonias casi sin identidad absorbidas por el crecimiento urbano se han movilizado a favor del respeto de esas costumbres, en realidad se refieren a la conservación de ciertas prácticas ejercidas por grupos reducidos de esas comunidades, pero que no son parte de una tradición.
Al amparo de ese reclamo se puede subvertir fácilmente el orden público, lo que al final tiene repercusiones indeseables en la población.
Lo mejor debe ser encontrar ese equilibrio roto, que incluya el respeto a costumbres y tradiciones de cumplimiento general pero que no estén por encima del acatamiento de las leyes vigentes.