Además de las maniobras internas caracterizadas por las convocatorias a sus seguidores, hasta el momento los grupos que pelean por la alcaldía de Xoxocotla han optado por elegir al Poder Judicial para que dirima el conflicto.
Ahora se ha invocado la última instancia disponible, cuya resolución podría traer la paz a esa comunidad indígena y disponer de poco más de dos años para llevar a cabo las acciones necesarias para mejorar el bienestar de su población, marginada desde hace largo tiempo.
Habrá que confiar en que se desechen todos los subterfugios que hasta ahora se han utilizado una vez que llegue la sentencia definitiva.
Los xocoltecas merecen vivir en paz y que sus autoridades busquen el bien común y no solo satisfacer intereses de grupo.