Cada año se presenta el problema de los reclamos porque en las escuelas públicas se condiciona la entrega de documentos escolares al pago de algún tipo de cuotas.
Es una situación que se repite puntualmente cada fin de cursos, a pesar de que la normatividad impide ese tipo de prácticas.
Definitivamente las escuelas públicas carecen de subsidios para operar con normalidad y deben recurrir a las cooperaciones de los padres de familia para cubrir desde los gastos de limpieza y papelería hasta el mantenimiento y el pago de servicios.
Quienes llevan a sus hijos a una escuela pública dan por hecho que la enseñanza no es gratuita, pero quienes viven mayores problemas económicos son forzados a entregar en un plazo perentorio el dinero que no alcanzaron a aportar en el curso normal. Esa parte es la que cada año se reclama y por la cual nadie ha sido sancionado jamás, como denuncia la asociación estatal de padres de familia.